Un cachorro de puma yaguarundí (Herpailurus yagouaroundi) fue rescatado en la ciudad santafesina de San Justo, luego de que un vecino encontrara al animal desorientado en la puerta de su casa. El hallazgo motivó un operativo de la Guardia Rural “Los Pumas”, cuyos efectivos capturaron al felino sin causarle lesiones y lo trasladaron a la ex Granja La Esmeralda en la capital provincial. Allí permanecerá bajo observación hasta su reinserción en el medio natural.
En el procedimiento intervinieron la Dirección General de Manejo Sustentable de Fauna y el Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Santa Fe, que destacaron la importancia de estos rescates para preservar especies propias de la región.
El segundo caso se registró en la provincia de Salta, donde un joven de 25 años tenía en su vivienda una cría de puma como mascota. Alertada por un llamado anónimo, la División Policía Rural y Ambiental acudió al lugar y el propio involucrado entregó voluntariamente al animal. Durante el operativo también se halló un cuero que pertenecería a la misma especie.
El felino fue derivado a un veterinario especializado, pero debido a las condiciones en que se encontraba no podrá volver a su hábitat. Las autoridades buscan ahora un lugar adecuado para su cuidado a largo plazo.
Un felino poco conocido y clave para los ecosistemas
El yaguarundí es un felino nativo de América que suele pasar desapercibido: su cuerpo alargado, patas cortas, orejas redondas y cola larga le dan una apariencia más cercana a una nutria que a un gato. Pesa entre 3,5 y 9 kilos y presenta dos variantes de color: rojiza y gris oscura, que incluso pueden aparecer en la misma camada.
Aunque la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza lo clasifica como de “preocupación menor”, expertos como Anthony Giordano, fundador de la organización SPECIES, advierten que la escasez de registros científicos y la pérdida acelerada de hábitat ponen en riesgo su supervivencia.
A diferencia de otros felinos, el yaguarundí es diurno, lo que le permitió evitar competencia con depredadores nocturnos como el jaguar o el ocelote. Habita selvas, bosques, praderas, áreas ribereñas y zonas agrícolas, donde cumple un rol ecológico clave como regulador de poblaciones de pequeños animales.
Sin embargo, la expansión de la frontera agropecuaria, la urbanización y la deforestación han fragmentado sus hábitats, forzando a algunos ejemplares a acercarse a entornos urbanos en busca de refugio o alimento.
Una problemática en crecimiento
Los recientes episodios en Santa Fe y Salta ponen de relieve la problemática de la fauna silvestre en ámbitos urbanos y domésticos, que preocupa cada vez más a especialistas y autoridades ambientales.
El rescate de estos ejemplares no solo busca protegerlos, sino también concientizar a la población sobre la importancia de no retener animales silvestres como mascotas. Tal como advirtieron los expertos, proteger al yaguarundí significa también preservar ecosistemas enteros que hoy enfrentan serias amenazas.